Karakuri: muñecas mecánicas para servir el té

 

Hoy os proponemos un corto, pero interesante viaje a Japón, concretamente, el que nos va a llevar desde el siglo XVII hasta nuestros días, de la mano de un mismo producto: las karakuri o muñecas mecanizadas. Y es que si bien hoy en día Japón siente fervor por los robots, la antigua versión de estos simpáticos autómatas la encontramos en las primeras muñecas mecanizadas. Las mismas están, hoy en día, consideradas como objetos de lujo y muchas de ellas expuestas en salas de museos o en casas de familias de alto linaje.

Pero, ¿por qué hablar de unas muñecas mecanizadas si nuestro blog habla de tés e infusiones? Principalmente por dos razones: la primera y más importante, porque la muñeca más famosa de las karakuri fue la ‘Chahakobi’ es decir, ‘la portadora del té’ y, en segundo lugar, porque nos encanta hablar de países como Japón o China, donde la cultura del té está realmente presente en el día a día de las personas que habitan este archipiélago compuesto por 6852 islas.

Historia de las Karakuri

Al igual que, hoy en día, los robots intentan representar la vida real de los seres humanos, las Karakuri fueron creadas con el mismo objetivo. Desde el portal www.conoce-japon.com, explican que «La palabra karakuri se refiere a un dispositivo mecánico que toma a una persona por sorpresa. Implica una magia escondida o un elemento de misterio, y hace referencia a marionetas, muñecos o efigies».

Las Karakuri se clasifican en tres tipos de muñeca diferente: «los butai karakurique son marionetas utilizadas en el teatro; los zashiki karakuri, que son de dimensiones pequeñas y que pueden ejecutarse dentro de una habitación; y los dashi karakuri, que se utilizan en festivales religiosos. Tradicionalmente los karakuri aparecían en festivales y representaban mitos religiosos y leyendas», tal y como se puede leer en el mencionado portal sobre Japón y su cultura.

Por otro lado, cabe mencionar que, dentro de esas tres variedades y, en concreto, de las Zashiki Karakuri, la más famosa de ellas fue la Chahakobi, tal y como hemos mencionado anteriormente. Una muñeca que, sin duda, nos sorprendería hoy en día a nosotros mismos, a pesar de que hace más de 4 siglos (siglo XVII) que fue creada por Takeda Kiyofusa, un relojero que sentía verdadera pasión por los mecanismos derivados de los relojes y gracias a los cuáles llegó a construir a lo que se podría conocer como el antepasado de los actuales robots.

La muñeca Chahakobi, tal y como su nombre indica (portadora del té) es capaz de acercar a su invitado una pequeña taza de té y detenerse cuando éste la coge y volver a ponerse en marcha cuando la deposita. Sin duda, una bonita forma de degustar un té o una infusión de una manera única y sorprendente, por qué no decir, mágica. Resulta curioso ver cómo su cabecita comienza a moverse de forma ligera, mientras arrastra los pies para acercarse hasta la persona a la que debe servir el té. Una vez que la muñeca recoge el té, regresa a su posición de origen. ¡Sorprendente, verdad!

Características de las muñecas Karakuri

En general, las muñecas Karakuri se mueven de manera natural y son muy vistosas. Los expertos en este tipo de muñecas aseguran que las mismas llevan impregnada la esencia y sensibilidad de los japoneses. De hecho, también están de acuerdo en que transmiten afecto y cariño, por lo que a muchas personas, cuando están ante ellas y las ven en movimiento, sienten la necesidad de hablarles y abrazarlas.

A pesar de que se trata de objetos muy antiguos, hoy en día se siguen fabricando de forma artesanal y son consideradas verdaderas obras de arte, en cuya elaboración entran a formar parte, por un lado, el maestro artesano de la mecánica, otro especializado en la elaboración de rostros y, por último, uno especializado en el diseño del traje de la propia Karakuri.

En el caso concreto de las Zashiki karakuri de las que forma parte nuestra protagonista de hoy, la Chahakobi, fueron muñecas diseñadas para el uso doméstico y que, originalmente, fueron consideradas como objetos de lujo por señores feudales en el periodo Edo, además de ser los primeros robots domésticos que se conocen. Hoy en día, los coleccionistas se las rifan para poder tenerlas en su posesión.

Una de las partes tristes de esta historia es que muchas de las muñecas fueron destruidas en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, pero, a pesar de ello, hoy en día siguen conservándose una gran colección de karakuris.

En este vídeo que añadimos a continuación, se puede ver cómo funciona una muñeca Chahakobi.

Y tú, ¿conoces alguna de estas muñecas Karakuri?

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