Son el acompañamiento tradicional del té, pero nunca pasan de moda. Hablamos de las pastas y hoy te damos diferentes recetas para que las puedas preparar y compartir con quién tú desees
Cuando era niña solía cocinar mucho con mi abuela. Como muchos niños, al tener padres que trabajaban fuera de casa, eran los abuelos los que tomaban parte de ese rol. Y, ¿sabes qué? Cocinar con mi abuela me encantaba.
Ella era de las que no se limitaba a decirte echa esto o pon lo otro; no. Ella siempre tenía una historia detrás de cada una de esas recetas. Recetas tradicionales, cocinadas con tanto cariño que era imposible que salieran mal.
De hecho y aunque sé que no soy objetiva, pero tengo que decirte que no he vuelto a comer tan rico como comía cuando mi abuela cocinaba. Para mí era la mejor cocinera del mundo y espero, algún día, poder llegar a cocinar como cocinaba ella.
¿Su secreto? Paciencia, buenos ingredientes y mucha práctica. Creo que ese es el secreto de todo buen cocinero. ¿No te parece?
Y, claro, puede que te estés preguntando: «¿Por qué me habla esta muchacha de su abuela?». Pues porque ella hacía unas pastas que quitaban el hipo. De hecho, en más de una ocasión le venían a pedir vecinas o conocidas, cuando tenían algún evento especial.
Y, como tú bien sabes, las pastas de té son el mejor acompañamiento para el té, además del más tradicional. Piénsalo bien: salvo excepciones, gustan a pequeños y a mayores; las puedes hacer de diferentes sabores; duran tiempo y son ese caprichito dulce que te puede permitir, siempre y cuando, por supuesto, no abuses de ellas y sean naturales o caseras.
Así que, por todas estas razones, el post de hoy va dedicado a las pastas de té y te he preparado 3 tipos diferentes, para que las puedas hacer en casa, acompañada o no de niños (de hecho, son tan fáciles y divertidas de hacer, que las vas a poder hacer con ellos y os lo vais a pasar bomba. ¡Garantizado!)
Origen de las pastas de té
Como ya he dicho al principio, las pastas de té de modernas no tienen nada. Es más: el origen de las pastas de té se remonta al siglo XII, en concreto, a Inglaterra, que es de cuando data la primera receta donde se habla de ellas.
Y, ¿sabes qué? Los ingredientes básicos siguen siendo los mismos. Lo único que se ha hecho ha sido añadir otros ingredientes, como el chocolate, la mermelada, etc. Pero, 9 siglos después, la base, es decir: la harina, los huevos, la mantequilla y el azúcar, siguen estando presentes.
Por cierto, ¿sabías que antaño, a las pastas de té, se les llamaba galletas de mantequilla? Claro está, no tienen nada que ver con lo que ahora llamamos galletas de té. Sí comparten ingredientes, pero ni la textura, ni el sabor.
Pastas de té matcha y chocolate blanco
Son fáciles de hacer, saben genial y, aunque llevan té verde, a los enanos les encanta y lo pueden tomar sin problemas, porque están cocinadas y no les va a afectar la teína.
- 2 cucharadas de té matcha especial cocina
- 250 gramos de mantequilla (procura sacarla un rato antes de la nevera, de manera que la puedas manejar mejor)
- 450 gramos de harina
- 50 gramos de almendras molidas
- 1 huevo grande
- 165 gramos de azúcar glacé
- 150 gramos de chocolate blanco (nos servirá para decorar)
¿Ya tienes todos los ingredientes? Entonces, vamos a cocinar. Para empezar, mezclamos bien la mantequilla y el azúcar. Si lo haces con la batidora, será más sencillo.
A continuación vamos a añadir esa mezcla, el huevo y seguimos mezclando. Por último y poco a poco, vamos añadiendo los ingredientes secos: la harina, el té matcha y las almendras molidas.
Cuando tengas una masa homogénea, pones a precalentar el horno, por un lado y, por otro, estiras la masa sobre una superficie plana y sobre la que habrás espolvoreado un poco de harina, para que no se pegue. El último paso antes de meter las pastas al horno, es cortarlas con la forma que tú quieras.
Coloca las pastas en la bandeja el horno (sobre papel de horno, claro está) y déjalas hacer durante unos 12-15 minutos, sácalas y deja enfriar.
Cuando ya estén medio frías, derrite el chocolate y decora la galleta con ese chocolate. ¡Vas a causar sensación!
Pastas de té de manzanilla
¿Alguna vez habías pensado que sería posible hacer este tipo de pastas? Pues he de decirte que yo las he probado en casa y están muy ricas.
¿Qué necesitas?
- 3 Origen de las pastas de té
Como ya he dicho al principio, las pastas de té de modernas no tienen nada. Es más: el origen de las pastas de té se remonta al siglo XII, en concreto, a Inglaterra, que es de cuando data la primera receta donde se habla de ellas.
Y, ¿sabes qué? Los ingredientes básicos siguen siendo los mismos. Lo único que se ha hecho ha sido añadir otros ingredientes, como el chocolate, la mermelada, etc. Pero, 9 siglos después, la base, es decir: la harina, los huevos, la mantequilla y el azúcar, siguen estando presentes.
Por cierto, ¿sabías que antaño, a las pastas de té, se les llamaba galletas de mantequilla? Claro está, no tienen nada que ver con lo que ahora llamamos galletas de té. Sí comparten ingredientes, pero ni la textura, ni el sabor.
Pastas de té matcha y chocolate blanco
Son fáciles de hacer, saben genial y, aunque llevan té verde, a los enanos les encanta y lo pueden tomar sin problemas, porque están cocinadas y no les va a afectar la teína.
- 2 cucharadas de té matcha especial cocina
- 250 gramos de mantequilla (procura sacarla un rato antes de la nevera, de manera que la puedas manejar mejor)
- 450 gramos de harina
- 50 gramos de almendras molidas
- 1 huevo grande
- 165 gramos de azúcar glacé
- 150 gramos de chocolate blanco (nos servirá para decorar)
¿Ya tienes todos los ingrdientes? Entonces, vamos a cocinar. Para empezar, mezclamos bien la mantequilla y el azúcar. Si lo haces con la batidora, será más sencillo.
A continuación vamos a añadir esa mezcla, el huevo y seguimos mezclando. Por último y poco a poco, vamos añadiendo los ingredientes secos: la harina, el té matcha y las almendras molidas.
Cuando tengas una masa homogénea, pones a precalentar el horno, por un lado y, por otro, estiras la masa sobre una superficie plana y sobre la que habrás espolvoreado un poco de harina, para que no se pegue. El último paso antes de meter las pastas al horno, es cortarlas con la forma que tú quieras.
Coloca las pastas en la bandeja el horno (sobre papel de horno, claro está) y déjalas hacer durante unos 12-15 minutos, sácalas y deja enfriar.
Cuando ya estén medio frías, derrite el chocolate y decora la galleta con ese chocolate. ¡Vas a causar sensación!
«>pirámides de manzanilla (hacer una infusión con 150 ml de agua) - 250 gramos de mantequilla (recuerda que esté blanda, de manera que la puedas manejar bien)
- 280 gramos de harina
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- 50 ml de extracto de vainilla
- 140 gramos de azúcar moreno (u otro sustituto)
Cuando los tengas todos, toca ponerse a trabajar. El proceso es muy similar a las pastas anteriores. En primer lugar, nos encargamos de mezclar la mantequilla con el azúcar y la pizca de sal. Una vez logres la masa deseada, toca añadir el huevo, el extracto de vainilla y la harina, poco a poco.
A continuación, añade la infusión de manzanilla, pero poco a poco, de manera que tú también calcules si la masa necesita más o menos hidratación. Verás que la masa te cuesta menos trabajarla que las pastas anteriores, gracias a la manzanilla.
Cuando la masa esté lista, extiéndela para poder hacer la forma de las pastas. Mientras les das forma, pon el horno a precalentar a 180 grados, durante 10 minutos. Pasado este tiempo, vete colocando las pastas sobre una bandeja de horno, con papel apto para ello y déjalas durante 12-15 minutos.
Mientras se van haciendo, pero, sobre todo, cuando las saques, vas a alucinar con el arma tan agradable a manzanilla que habrá en la casa. Para mí, estas pastas son perfectas para terminar el día tomándote una infusión relajante y dándote un capricho dulce.
Pastas de té con almendras y naranja
Esta todavía no la he preparado, pero viniendo de Directo al Paladar, seguro que está buenísima. aviso qe lleva bastantes ingredientes, pero luego, su elaboración, es más bien sencilla. Vamos primero a por los ingredientes:
- 170 gramos de harina de repostería
- 80 gamos de azúcar
- 30 gramos de almendra molida
- ralladura de cáscara de naranja
- 125 gramos de mantequilla
- 75 ml de leche
- 1 pizca de sal
Para decorar las pastas puedes utilizar:
- Chocolate negro
- Almendras en láminas finas
Empezamos por el paso básico: mezclar el azúcar, con la mantequilla y la sal. A continuación añadimos la ralladura de naranja.
Por otro lado, vamos añadiendo la harina, la leche, las almendras y hacemos la masa. A partir de aquí, ya sabes lo que toca: extender la masa, hacer las formas de las pastas y meterlas al horno.
Una vez listas, toca decorarlas. En caso de que te decantes por las láminas de almendra, sí que te recomiendo que las pongas sobre las pastas, antes de meterlas al horno.
En caso de que quieras utilizar chocolate para decorar, una vez las saques del horno, solo tienes que esperar un poco a que templen, pones un poco de chocolate en una esquina o hacer un dibujo con ese chocolate que, previamente, habrás derretido y esperar a que se enfríe y quede perfectamente acoplado a la pasta de té.
El mejor té para tomar con pastas
Que las pastas están buenísimas, tú y yo lo tenemos claro, pero: ¿eliges bien el té? Seguro que si eres usuario de Aromas de Té lo haces a la perfección. Por supuesto, hay infusiones que casan mejor con un tipo de pastas que con otras.
Por ejemplo, las pastas con chocolate casan a la perfección con el té negro o el té rojo. Sin embargo, las infusiones especiadas, cuanto menos ingredientes tengan las pastas, mejor que mejor.
Nos despedimos hasta el próximo post, pero será un placer leerte en comentarios y saber si tú también cocinas pastas de té o prefieres darte otros caprichos cuando tomas infusiones.