4 recetas de té e infusiones heladas para refrescarte este verano

Terracita, playa o piscina, incluso la típica salida al río o al monte. Estas son algunas de las rutinas más típicas en verano y muchas de ellas se asocian a tomar bebidas que resultan poco o nada saludables para nuestra salud, especialmente cuando abusamos de ellas. ¿Resultado? Termina el verano y recuperamos todos esos kilos de más que habíamos perdido durante el año para llegar «perfectos» a este época.

El caso es que sí, hay que hidratarse más que nunca en verano, pero se debe y se puede hacer de una manera mucho más saludable de la que hacemos habitualmente en esta época. Está claro que no pasa nada por tomar una cerveza de vez en cuando o algún refresco azucarado y con gas; el problema viene cuando se abusa de ello.

Así que para echarte una mano si este fuera tu caso o, simplemente, para aportar nuevas ideas en tu hidratación durante el verano (y, por supuesto, si también quieres, el resto del año) hoy te propongo 4 recetas de té e infusiones heladas. ¿Te apuntas? ¡Empezamos!

Té verde helado con limón y menta

La menta es una de las mejores hierbas para refrescar el cuerpo, así que no podía faltar en una de las 4 recetas que hoy te quiero proponer. En cuanto al limón, de sobra son conocidas sus propiedades y beneficios para la salud, destacando en este caso que aporta vitaminas, además de luchar contra las infecciones de orina, muy habituales en este época.

Para elaborar esta receta vas a necesitar:

  • Té verde (1 pirámide o una cucharada o dos de café, según tus gustos)
  • 1 taza de agua
  • 2 hojas de menta
  • El zumo de medio limón (o 1/4 si lo prefieres más suave)
  • 1 cubito de hielo (o, si tienes tiempo, dejarlo durante 2 horas en el frigorífico)

Una vez tengas estos ingredientes, como extras, decirte que queda genial añadirle unos trocitos de jengibre, pero no a todo el mundo le gusta. Tés verdes hay muchos, pero en este caso te propongo el japonés Kokeicha o el té verde moruno a la menta, que ya incluye el sabor de la menta y, por tanto, puedes prescindir de ella si lo deseas.

¿Y para endulzar? Nosotros siempre apostamos por tomar los tés y las infusiones al natural, es decir, sin ningún tipo de edulcorante, pero si lo deseas, tienes diferentes opciones, mucho más saludables que el azúcar blanco, en esta entrada del blog.

Y, ahora sí, vamos con los pasos a seguir:

  • Paso 1: en una cazuela, pon agua a calentar y añade las hojas de menta. Retira cuando comience a hervir o pasados entre 2-3 minutos. Mientras tanto, añade en tu tisanera el té verde que hayas escogido.
  • Paso 2: vierte el agua que acabas de hervir en tu tisanera y deja reposar durante 2 o 3 minutos y añade el zumo de limón. Si te ha parecido buena idea añadir jengibre, también es el momento de hacerlo.
  • Paso 3: cuando se enfríe, mételo al frigorífico durante dos horas. Y si no dispones de este tiempo, añade un hielo y deja que haga el efecto que esperabas.

Rooibos helado con granada

Vamos ahora con una infusión que puede tomar toda la familia ya que, como bien sabes, el rooibos no contiene teína y la granada, además de tener muchas vitaminas, tiene un sabor dulce y agradable que siempre gusta a los niños (por no hablar del color tan bonito que tiene en zumo).

Para elaborar este té vas a necesitar:

  • 1 taza de agua (o 1 litro si quieres hacer para más veces)
  • 1 cucharadita de rooibos (por ejemplo, el Alhambra o el Sahel te quedarán genial en este caso)
  • media taza de zumo de granada (tú misma lo puedes pasar por la licuadora)
  • zumo de media lima (esto es opcional)

Una vez tengas todos los ingredientes, los pasos a seguir son tan sencillos como en el primer caso:

  • Paso 1: pones el agua a hervir para preparar tu rooibos. Cuando el agua alcance la temperatura deseada (100 grados), retiras y viertes sobre la taza de té. Dejas infusionar durante 7 minutos.
  • Paso 2: añade el zumo de granada y el de lima, si te parece oportuno añadirlo, y cuando esté frío lo metes al frigorífico o si no tienes tiempo, añades hielo.

Truco: si tienes una picadora de hielos o una batidora potente, puedes verter la infusión, los zumos y el hielo, picarlo todo junto y hacer un granizado natural, saludable y realmente rico.

Té blanco helado con frutas

Es uno de los tés más antioxidantes que se conocen y tiene un sabor suave y agradable. Por eso, marida perfectamente con frutas, especialmente con las de verano, como pueden ser las granadas, las cerezas o las ciruelas, entre otras, sin olvidarnos de los melocotones, que suavizan cualquier té.

Para elaborar este té vas a necesitar:

  • Fruta picada al gusto (pícala lo más pequeño que puedas)
  • 1 taza de agua
  • 1 bolsita o cucharada de té blanco (por ejemplo, el cherry si vas a utilizar cerezas)

La elaboración es igual que las otras dos. Deberás añadir las frutas cuando ya el agua haya templado, de manera que no se estropeen del todo, pero que tampoco esté fría. Si no te molesta, te propongo que las dejes en la tisanera mientras te tomas el té.

Té chai helado

Sé que en este caso vas a necesitar un poco de leche, pero no deja de ser un té helado, así que te invito a que lo pruebes. Hay muchas recetas en Internet, yo he escogido la del blog de Cocinando con Catman. Y, ¿qué nos pide?

  • 5 cucharadas grandes de  negro
  • 1 litro de agua
  • unas rodajas de jengibre
  • anís estrellado
  • semillas de hinojo
  • una vara de vainilla
  • clavos
  • canela en rama
  • pimienta roja
  • semillas de cardamono
  • esencia de vainilla,
  • una pinta de leche (dos terceras partes de leche condensada y una tercera de leche evaporada)

O, mucho más sencillo que todo esto: optar por el té chai negro ecológico de nuestra tienda online y, si lo deseas, añadir la vainilla al infusionar y espolvorear un poco de vainilla sobre la bebida, al servir la misma.

Para hacer este receta tienes dos opciones: o bien hierves todas las especias con el agua y luego lo viertes al té negro para infusionarlo o mi propuesta: infusionar el té chai negro que te he propuesto (si lo prefieres, también disponemos de la versión en té verde o en rooibos si no quieres tomar tu bebida con teína).  Tanto en la primera opción como en la segunda, al finalizar los pasos que te he comentado, añade la pinta de leche (si quieres, puede ser sólo una nube de leche de vaca al gusto o alguna leche vegetal, como la de soja) y pon a enfriar.

Esta última receta es también una buena opción para refrescarte en el desayuno o en la merienda. Y, por supuesto, como digestivo saludable después de una comida o cena pesada. ¿Dónde te gustaría tomarla a ti?

Consejos para terminar

Como siempre es mejor dejar enfriar el té o la infusión de manera natural en el frigorífico, mi propuesta es que, elijas la receta que elijas, la prepares el día anterior y con la cantidad de tazas que te gustaría tomar (un litro suele dar cabida para unas 4 o 5 tazas). De esta manera lo tendrás listo para tomar cuando quieras e, incluso, si tienes un termo hermético, para llevarlo contigo al trabajo, a la playa o cuando salgas a hacer deporte o de paseo.

 

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